De Misaki para Usui

Cada mañana era una torturante ilusión. Siempre odié como nos había dejado. 

Soy lo que soy, gracias a todo lo que me pasó.

Día tras día trato de encontrar una nueva salida. Todos los momentos los vivo con medida.

Y te pido que tú, que tú no me dejes. Que jamás me abandones. 

Eres aquel rayo en toda esta oscuridad. Siempre que te necesito apareces, como un ráfugo fugaz.

Hay tantas cosas que aún no conoces de mi, y creo que tampoco yo sé.

Sólo, necesito de tu abrumadora companía que me lleva  a las nubes. 

Aveces me haces enfurecer, me haces estremecer, me haces sentir cosas que no había sentido antes. Por nadie. 

Es que distinto al resto, sabes como son las cosas con migo y aún así te quedas a mi lado.

Es que todo este tiempo las personas me han demostrado lo contrario, ya no creía nada, ni siquiera en el amor.

Y así apareciste tú, como si el mundo no girara alrededor del sol.

Esto cuesta, me cuesta tanto, pero debería decirte tantas cosas que nunca le he dicho a nadie.

Fantástico, sinigual y aturdidor.

Pareces ser esa clase de persona que sólo se encuentran en los sueños.

Tan irreal como eres tú.