Simple Hombre Dolido
Las calles se hacían grises cada vez más. La neblina me empezaba a invadir. Tomé mi camino a casa, como acostumbraba a hacer cuando te olvidabas de mí.Otra vez mas, mi corazón gritaba "no seas idiota", decididamente sería la última vez que te esperaría. No eras la gran cosa, y yo merecía algo mucho mejor. Cada ocasión tenías para olvidarte de mí, ¿cómo podrías ser tan asi?
Aquella noche luego de trabajar me arreglé, tomé mi billetera y salí caminando hacia el bar donde siempre nos encontrábamos, y donde millones de otras veces me habías olvidado ahí.
Comentarios
Publicar un comentario