CIELO ENORME
Los cielos estaban celestes, el viento podía gritarnos, pero aún así la ciudad parecía tranquila.Y en parte era mentira. La ciudad no está nunca tranquila.
Las casas parecen moverse, ya no puedo reconocerlas. Una locura se viene acercando como un tornado. Jugar a no pensar aquellas palabras, tan lejanas.
Una jornada larga al lado del río, me decía que podía ser un nuevo día mañana, que había más que esto. No había nada para tirar, aún estaba en las aguas que podían salvarnos. Podía sentir una inmensidad, que arrasaba conmigo y que parecía lo más sincero que había tocado.
Su perfume era tan grande, que parecía visualizar cada gota de aquella fragancia.
Una guerra que nunca terminaba, estaba a punto de irse lejos, lejos, donde ya no podría verla.
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