Calma necesita:



Ojalá pudieras escucharme. Y hacerme sentir que mañana mis deseos habrán sido tocados.
Cada ojo que abre en estas tinieblas muestran la agonía que algunos días interminables pueden traer.
Acarrean luces, opacas, sin ninguna gracia.
Y algunas palabras son como sacadas de otra novela sin sentido.
Cada hoja que se gasta, se puede sentir en cada lugar de donde salen.
Es bastante confuso, morir y estar viviendo.
Todo el mundo va a ese ritmo, porque ya no pueden encontrar uno diferente. Tan agonizante, tan horripilante. Un laberinto en la existencia del ser humano. Nos hace sentir errados en caminos donde nadie nos ha mandado.
Las flores se secan, pero aún siguen naciendo en los pastos altos, llenos de insectos que revolotean, creando un minúsculo mundo.
Me dejo ir, me dejo llevar, y es como una mentira, nada tiene sentido entre estas palabras, porque incluso con ellas es como si no pudiese acomodarme. Mi corazón late, en este mundo acelerado, y él no quiere apurarse, no tiene prisa, necesita estar tranquilo, es todo lo que desea. Suspira, un día largo bombeando, toda la vida que traigo en mi cuerpo. Incluso con ese sistema, mi mundo entero a veces se apaga y tarda en volver a dar luz.
Impactada, bloqueada, atrapada, en un lugar amplio, como un vacío. Mi mente tironea, buscando respuestas, ansiosa de calmar toda esa euforia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ALGÚN DÍA

Limitarse

La lluvia que calme