Ella. Como mamá, como mi hermana, como esa amiga que escucha. Con unas simples palabras y mostrarse así, vulnerable, preocupada por la vida, y desdibujada por algunas cosas que ocurren ,que le pasaron, que la invadieron. Me dice que me quiere ayudar , en lo que sea. Después dice que NOS ayudemos, esa primera persona del plural se hace parte de mis oídos y de mis manos. La siento ahí escuchando abriendo sus fonemas llenos de significados , que dolieron, que aún le duelen. Se anima, se alegra adentro de vernos a las dos ese sábado hablando de la frustración, del límite que no podemos traspasar, del sentirse imposibilitadas. Ahí, dos mujeres, de diferentes edades, de diferentes lugares y vidas se unen. Hablan tal cual hermanas, y el resto del mundo al menos por esos minutos en que nos abrazamos de palabras deja de doler un poco.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ALGÚN DÍA

Limitarse

La lluvia que calme