Volver al abrigo de invierno de infancia, eso. Irme hasta ese irrecuperable momento y no volverme más. Transportarme a un tiempo remoto que no sea pasado próximo más bien lejano. No girar la cabeza no mirar no esquivar tan solo seguir. Seguir derecho para los recuerdos que se unen con las sensaciones olvidadas. Ya no se agrupan los avatares de la vida, aunque suene así, todo bien soso. ¿y? volver a ese tiempo en que nada importaba y lo más preocupante era tomar la leche obligada. Salirme de este cuerpo de este cansancio y de este dolor que fui sustrayendo de los años. Pintarme en un papel siendo otra. Alguien pequeñita , de manos angulares y dedos pequeños. Que no importe  nada más que ver el fuego de la estufa a leña. Que sea eso la diversión de domingo, volar un barrilete , borrarme, volarme.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ALGÚN DÍA

Limitarse

La lluvia que calme