¿De qué “Frontera” nos habla Gloria Anzaldúa?

 


La escritora chicana nos muestra a partir de un recorrido, histórico, autobiográfico, teórico y literario las multiplicidades que se producen en el espacio “frontera”. ¿Qué situaciones viven las chicanas, estadounidenses de origen mexicano? ¿Cuál es el espacio fronterizo?

La historia autobiográfica que nos brinda la autora en este mix de géneros, nos ofrece una nueva forma de escribir la historia, las costumbres, esas culturas dominantes  y aquellas oprimidas, desde su experiencia. La Nueva Consciencia Mestiza trata de descomponer las dualidades que aprisionan a las mujeres, a los grupos étnicos, a las disidencias.

María Lugones en “Colonialidad y género” (2008)  hace un análisis amplio sobre temas que Gloria Anzaldúa  abarca en su obra. Las investigaciones acerca de la colonialidad del poder han sido insuficientes, dejan de lado muchos aspectos, por eso la autora crítica hace un recorrido de las significancias y la relevancia que tienen dichos temas en la sociedad.  La colonialidad del poder se da tanto en la dominación de una raza sobre otra, como en la dinámica de trabajo y género. A partir del colonialismo el modo de conocimiento pasó a ser eurocéntrico, separando así en civilización-barbarie, razón-irracionalidad, no dejando lugar a la intereseccionalidad. Estas categorías son las que distorsionan y no dejan ese lugar fronterizo para la ambigüedad.

Con la colonialización las mujeres fueron representadas como inferiores tanto por su raza, como por la subordinación al género masculino.  Algunas tribus indígenas tenían una filosofía que comprendía la “inclinación a” es decir, no tenía definiciones concretas, sino que daban lugar a esas otras percepciones, no binarias, de género. Estos pueblos fueron expulsados, fueron atropellados por el poder dominante callando sus voces. No importaron sus bases ideológicas.

El sistema de género que se impuso es heterosexualista. El lado visible del mismo es aquel que construye el género a semejanza de lo establecido como normalidad, y la cara oculta es aquella que destruye, por medio de la violencia y de las determinaciones de inferioridad entre un género y otro.  Los pueblos dominantes se encargaron de destruir la frontera en este ámbito, existe solo un blanco o negro. Las mujeres chicanas además de padecer la inferioridad por su raza también lo hacen por su género.

María Isabel Arraiga (2013) también nombra a las representaciones que se hacen desde la hegemonía, que es aquella que tiene el poder en la distribución de la cultura y su ejercicio. Estas representaciones se dan como una construcción discursiva y se mantienen desde la mirada tradicionalista, tratando de conservar los preceptos del pasado para su mantención en el tiempo. Como bien dice la autora, Gloria halla multiplicidad contra hegemónica en los lenguajes y las identidades.

La Mestiza es quien está en la frontera cultural, la que no pertenece, no encaja en lo normal. Desde ese sitio actúa como resistencia identitaria y política. Esa Conciencia que nombra Gloria, permite la libertad de la palabra propia, que habilita a las identidades múltiples. Es una conciencia política ya que actúa desde lo social y desde la subjetividad de mujer. La Nueva Mestiza trae nuevos símbolos, se reúsa a la dominación y da lugar a la ambigüedad sin caer en el terror.

Colmenero y Giralt describen a la literatura chicana como aquella que busca la no discriminación, aquella que tiene una mirada desde la clase trabajadora. Como podemos observar en la obra de Gloria, el tema de la identidad es algo que la atraviesa, como también lo intercultural, la hibridez, la mezcla de géneros, los mitos indígenas y sus preocupaciones como chicana.

La identidad fronteriza que se plantea en el texto de las dos autoras, es una identidad que es en un espacio abierto, permite la pluralidad, la lengua híbrida, bilingüe (español-inglés). Las escrituras de mujeres chicanas, de las New Mestizas, son de rebeldía y resistencia. La multiplicidad busca reivindicar una lingüística identitaria y sus luchas como pueblo.

“Es importante establecer que la lengua es un instrumento crucial para dar sentido a la existencia de uno mismo, puesto que ayuda a la creación de una identidad”

(Spivak, 1993)

La mujer chicana, que tiene su lengua, carga con el malestar de su cultura y la discriminación que ejercen sobre ella. A las tres culturas a las que pertenece nunca las termina de integrar: blanca, mexicana, indígena. El estar y no estar en ningún sitio. Eso hace a la cultura mestiza. La herida de la india-mestiza, es la de la mujer silenciada, si entendemos que históricamente la mujer ha sido callada, podemos entender que la mujer mestiza más aún. Los poderes dominantes se juntan con los masculinos de las tribus y destruyen la piel propia de las mujeres, que no son ni indias, ni santas, ni blancas, ni nada (para ellos).

La imagen de la Virgen Guadalupe (catolizada) es una adaptación de Coatlicue. Ella es símbolo indígena de la fuerza femenina. Es la mujer serpiente que incluye a la muerte y a la sexualidad. Como es esperable, la religión católica encendida por el miedo adapta la imagen de la deidad indígena.

Coatlicue es anormal, es las sombras, su estado es el de dar luz y devorar todo. Es torbellino interior, fusión de lo opuestos. El estado de Coatlicue es la negación de una verdad, es oscuridad que va al origen. ¿Cuáles son los orígenes? ¿Qué tan profundo se puede llegar? Este arquetipo suministra la idea de una sabiduría (diosa) interior, regenerativa. Es más que una santidad a la cual adorar. Y en eso está su potencia y la importancia que le da nuestra autora en “Fronteras”.

Me lleva a preguntar cuáles son los Estados de Coatlicue de nuestra sociedad, de nosotras como mujeres dentro de la misma. Creo que podrían ser la represión de nuestros instintos sexuales, la subordinación al hombre de la casa (padre, marido), lo que acallamos y pasan a ser callos en nuestras pieles. ¿Cuánto vamos callando? ¿Se  nos escucha verdaderamente o se nos toma el pelo como en programas de televisión argentina? Al final nuestra sombra se mantiene ahí, porque nos da vergüenza, ser o desear algo diferente  o simplemente expresar lo que somos, en esta sociedad tan europeizada( porque somos eso, nos creemos más europeos de lo que nunca vamos a llegar a ser). La sombra de mujer latina, la sombre de la mujer de aquellos inmigrantes italianos que “permitían” a la mujer ser ama de casa, reproductora de niños, trabajadora de campo. ¿Qué somos si terminamos siendo lo que otros querían que seamos? Madres, hijas leales, hermanas, esposas y ya no más. Romper con esos lugares, darles una sacudida, sacarle la tierra, que encima es de otros es lo que nos libera. Una sociedad que nos impone la idea de que siempre le debemos algo a alguien, a mamá que nos parió, a papá que estuvo o que ni estuvo, a los otros, otros que dan oportunidades laborales, otros que nos dan suerte.

Alumbro, las partes, pertenecen

siempre a otros lugares

andar, desandar,

                       también es necesario

armar la cena

despertar el almuerzo

¿qué parte tocar?

la canción se agota

y me nombro con cada letra

me traspasa y camino mi piel

de nuevo salir de la oscuridad

a veces ciega los ojos

tocar la puerta

me abre en mil pedazos

no sentía

no vivía

congelada

separarme, entender mi mestizaje

me lleva, trae

desplazo

       las cenizas

renuncio

                 para siempre

             por ahora

anoto lo que sí

vibra en mi piel

invento un yo lírico

me invento

otra vez

llego, llego

                                              al borde

                                                                       a punto, estoy

de sentirme inquieta

salida de todo lo que letras ajenas

 escribieron por mí

rasguño los lugares

me alumbro

no justificación

no explicación

para HACER lo que SOY

 

Aquello que la autora nombra acerca de controlar la lengua, creo que es algo que se da especialmente en el género femenino, como bien describe, si sos una mujer habladora es porque sos embustera, como si el lenguaje fuese primordialmente masculino. Hace poco pensaba qué simbólico que le pongan a una los brackets en la pubertad, por lo menos en lo personal fue así, para corregir mis dientes de conejos bullineados durante la primaria. Se aprietan los dientes, se corrige la estructura, los huesos. Niña-mujer que no habla, y si habla no se le entiende, por los enormes alambres, que duelen por dentro, que aprietan. No, no, mejor no hables, sos niña-mujer, no vale la pena. De esto también nos habla Gloria, de su experiencia en el dentista y de las censuras sobre su raza y género. ¿Cuáles son las lenguas, los dientes con los que comemos la vida, que quieren suprimir? Creo que el proceso para sacar mi voz fue arduo, fue un parir la voz, si se quiere. Ponerla clara y en volumen, mencionar las palabras y adueñarme de ellas, eso fue lo que me reintrodujo, en mi propio valor de la palabra oral.

 

La lengua chicana es una variedad, y es un fenómeno que no puede ser controlado por leyes académicas. El hablante es quien actualiza la lengua. El mestizaje es lingüístico y también es una forma de resistencia chicana. Su identidad está fragmentada, en los libros bilingües, la música, la comida.

La cultura escrita mexicana, está basada en la cultura oral, en la que los cuentos son reproducidos en el ámbito familiar. Son grandes contadores de historias porque también vivieron muchas de ellas. El arte está en lo cotidiano, la escritura de su cultura es como un ensamblaje, una mezcla entre performances, el contemplar y lo culto. El pueblo mexicano es un pueblo filósofo, buscando sus propias verdades en sus propios mitos. La importancia que se la da a la tinta roja y negra es de sabiduría, la escritura es puente comunicativo hacia lo divino, que es por medio de la metáfora, lo simbólico.

“La persona que escribe, como ser cambiante, es un nahual, un chamán.”

El estado chamánico que se describe en el libro es la resignificación de los traumas por medio de imágenes. Muy relacionado al escribir, ya que la historia imaginada pasa a representar cambios en el pensamiento, en la realidad, en el género. Desde ese sitio todo es posible. El chamán transforma cual alquimista; la escritura, a su vez, hace mutar los objetos, las percepciones de los mismos, y las subjetividades del escritor y luego de quien lee. Un pueblo con tantas historias no puede mantenerse distanciado de contarlas, de la manera que sea, como también de darle nuevos sentidos. También podemos entender a la escritura como la canalizadora del dolor. Nuestra sociedad latinoamericana se ve afectada por el sufrimiento, los accidentes, las fatalidades, el exilio (físico y metafórico) entonces tiene sentido que la escritura sea un lugar de refugio, como la frontera, como volver al hogar, para desahogar lo que queda atorado sin saber por dónde salir. Nuestra literatura tiene esas marcas, un modo de destrucción y reconstrucción del ser (espiritual y en sociedad).

La conciencia mestiza que anteriormente mencionamos, está basada en la “raza cósmica”, que es la descendencia híbrida. Es la conciencia que tiene tolerancia a lo flexible y a partir de ello la psique se expande, es incluyente, no excluyente como el poder dominante. La Nueva Mestiza trasciende las dicotomías. La entrecrucijada habilita a la no cultura, a la no raza y a reconocer lo heredado.

Gloria critica la cultura estadounidense como aquella dominante y discrimatoria, pero a su vez critica a la cultura mexicana, ya que en ella el machismo es el fuerte. La inferioridad de las mujeres se reproduce en las actitudes despreciativas, hirientes hacia ellas. La nueva mestiza busca ser feminista porque se entiende que las colonizaciones impulsaron esto. La autora hace mención del reconstruirse como sociedad herida, el “método” es reconocer el rechazo de esas otras sociedades, o dentro de su misma raza y las luchas que tuvieron que llevar a cabo. Develar el rostro verdadero, con cicatrices, sin armadura, y mostrar las heridas al viento, para que ese otro atacador realmente sepa cuáles son las consecuencias.

¿El daño se repara? ¿el dolor se repara?

https://music.youtube.com/watch?v=8W2uOkkXWHY&feature=share

La canción “Caótica Belleza”   de Esteman y Natalia LaFourcade, me recuerda a la Bestia Sombra, que se rebela, que no necesita de ordenar la naturaleza, sino que fluye de otras maneras. También la letra, habla de aceptar la historia, propia, como lo que propone Gloria, ir al sótano, ir a las raíces y transformar ese lugar. Como pueblo latinoamericano, creo que es lo mejor que podríamos hacer. Vernos reflejados, a lo largo de nuestra historia, ir hacia la profundidad.

En el poema “Tuve que bajar” se nos muestra cómo hay maneras de ir a lo hondo, de atravesar la oscuridad, de historias de pueblos, de historias personales, encontrar las raíces y a la vez poder liberarse de eso. La autora chicana hace un recorrido, de toda ella, de sus experiencias,  de sus sitios-fronteras, para reconocerse al fin, y entender que dentro del ultraje de su poder como chicana, como mujer, queer, puede encontrarse reconfortada una vez más. Tiene sus propias herramientas…las palabras, que resignifican, que luchan, que son resistencia, que son chamánicas y la resuelven para construirse todas las veces que sean necesarias.

“eran mis pies los que hacían los ruido.

eran mis pisadas las que había oído”

(Gloria Anzaldúa, 1987)

Que sean sus propios pasos los que la construyan y creen una frontera habilitadora de lo que se es, sin necesidad de caer en determinismos.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

·       ANZALDÚA GLORIA (1987) Borderland/ La Frontera: La New Mestiza. Artes Gráficas Cofás. Madrid. España.

·       LUGONES MARÍA (2008) Colonialidad y género. Binghamton University, USA

·       ARRAIGA MARÍA ISABEL (2013) Construcciones discursivas en los márgenes: resistencia chicana  en Borderlands/La Frontera: the New Mestiza de Gloria Anzaldúa. Departamento de Lenguas Extranjeras. Facultad de Ciencias Humanas (UNLPam)

·       COLMENERO BEGOÑA, GIRALT MARTA. Lengua e identidad en la literatura chicana de las New mestizas de finales del siglo xx

·       https://music.youtube.com/watch?v=8W2uOkkXWHY&feature=share

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